DESCUBRE SIN LIMITES
rallY MARRUECOS
invernal 2019
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con la colaboración de
ETAPA 3. Zagora - Mhamid
Tras una tarde completa en el taller y descansar poco, amanece un nuevo dia, un día que nos deparará una gran sorpresa ... 16 km de etapa y ...
Casi 100 km de enlace hasta llegar a la salida de la etapa, nervios porque hoy comienzan los ríos de arena y las primeras dunas ... Un terreno totalmente nuevo para nosotros y del que debemos aprender mucho.
Bajamos presiones en los neumáticos ... - “con decisión”, así es como nos dicen que hay que afrontar estas primeras dunas de Mhamid, y en los ríos de arena, igual, evitando parar en medio para no tener que sacar pala ...
Nervios ... nunca antes lo habíamos hecho. Pero a eso veníamos, a disfrutar y a aprender mucho ... y lo hicimos ...
A parte de esto nos enfrentábamos a una etapa difícil de navegación, donde las “pistas” existen pero “no se ven”. Entramos en terreno llano, muy llano con pistas que apenas son una rodada ...
Y es que según salimos nos perdemos ... pero nos encontramos ... o eso al menos pensamos nosotros. Llegamos al primer río de arena ... - "¡qué pasada!" ... lo pasamos sin ningún problema, salimos a tope de adrenalina ... - "¡vamos genial!" O eso creíamos ...
Nunca antes habíamos conducido por un río así ... pero al salir, sin darnos cuenta nos desviamos 400 metros a la derecha de por donde debíamos ir ... Vamos rápido, una zona que a priori parecía segura, pero ... Volamos! ... Caímos ... Rebotamos ... y - “no ha pasado nada ...”, estamos bien ...
Bajamos de la pick-up ... todo está bien ... por delante, por detrás ... pero por abajo ... - “el depósito del gasoil!” ... Un agujero ... Vemos como si de una cámara lenta se tratara que los 70 litros que habíamos llenado casi al terminar el enlace se salen, se van hacia el desierto ... un desierto en el que estamos nosotros solos ...
Tras unos segundos en sock y ver salir a cámara lenta litros y litros de gasoil, reaccionamos y nos ponemos a buscar la solución para recoger la mayor cantidad de combustible posible. - “el barreño plegable!” , - “¿dónde está?” ... los nervios no nos dejan recordar donde tenemos las cosas guardadas ... - “los jerry can!” ...
Conseguimos localizar todo y comenzar a llenar en el barreño el gasoil para después traspasarlo a los jerry can ... Con una bayeta taponamos el agujero, que aunque rápidamente se empapa podemos contener el continuo chorro de gasoil.
Como siempre ocurre en Marruecos, aparece el primer coche que intenta ayudarnos. Unos locales que muy amablemente se prestan a llamar a un mecánico y que nos dan una garrafa vacía para poder seguir llenando de combustible.
Al poco tiempo, dos coches de compañeros del rally aparecen por allí también, y avisan a la organización de nuestra situación y de la necesitad de ayuda mecánica ... Ya más tranquilos analizamos la situación, 11 metros hemos volado ... una distancia equivalente casi a dos pick-up ...
Al caer, el cubrecarter salió despedido y al pasar por debajo del coche impactó en el depósito del gasoil haciendo un agujero ... El protector frontal del radiador, de duraluminio de 8 mm está completamente doblado ...
Los compañeros se quedan con nosotros (gracias a estos momentos se hacen grandes amigos, mil gracias a todos, sois estupendos!), y pronto llegan dos coches de la organización. Seguimos llenando todo lo que podemos con el gasoil que sigue saliendo ... y repartimos a los coches que hay allí y les entra ...
Debemos vaciar el depósito entero para poder repararlo momentáneamente y que nos permita llegar a un taller. - “Un palo ...” necesitamos un palo para meterlo por el agujero del depósito y después sellarlo ... No hay ... - “La pala, ¿de quien es esta pala?” dice Juanma ... Ya tenemos el palo perfecto para arreglar el depósito ... Parece mentira, pero en estas situaciones el ingenio hace sacar inventos donde no los hay.
Rebozado totalmente en el gasoil que hay en el suelo, y tras varios intentos e inventos se consigue sellar el agujero ... - “Dejemos secar ...”
Y que mejor momento para comer todos juntos mientras seca lo que en principio parece estar solucionado. Que bonito momento, es aquí cuando conoces a gente que quieres que siga sumando en tu vida, gente que conoces en “malos” momentos para hacerlos buenos, y para confirmar que “SIN LOCURA NO HAY AVENTURA” ...
Tras el tiempo de risas, comprobamos y todo parece ok ... Debemos intentar salir de allí, atravesando dunas, sin que se nos enganche el “tapón” que hemos fabricado a partir de la pala y llegar al taller ...
Dunas, dunas y más dunas ... que increíble! Y a la vez que miedo de volver a quedarnos tirados ... David abre camino, nosotros le seguimos ... y tras bastantes kilómetros lo conseguimos y llegamos al asfalto de la carretera. Buscamos un taller pero no nos pueden arreglar el deposito ...
Nos nos queda más remedio que hacer más de 100 km y volver de nuevo a Zagora al taller en el que pasamos toda la tarde el día anterior ... Ponemos rumbo cruzando los dedos para que el depósito resista ... Una increíble puesta de sol nos regala el final del día ... Llegamos a Zagora ... Nos reciben con los brazos abiertos ... No sabemos si tendremos que quedarnos a dormir por allí mientras nos arreglan el depósito para poder seguir con la etapa al día siguiente ... Nos negamos a pensar que tenemos que abandonar ...
Nos lo arreglan. Es posible. En Marruecos todo tiene solución, y tras unas tres horas ya estamos de nuevo en camino hacia Mhamid para llegar, aunque tarde a la cena ...
Ha sido un día largo, duro, dificil y a la vez maravilloso ...
