“También conocido como El Valle de la Muerte”
Recién aterrizados en el aeropuerto de Calama, y tras coger el coche de alquiler ponemos rumbo hacia San Pedro de Atacama, nuestro “cuartel general” durante la semana que estaremos explorando Atacama.
Un paisaje totalmente desértico nos acompaña durante todo el trayecto, los tonos amarillos y anaranjados contrastan con el azul intenso del cielo. Un paisaje abrumador donde los haya.
san pedro de atacama
Sin ninguna duda un lugar especial, único, que parece haberse parado en el tiempo.... Con sus calles de tierra y sus casas de adobe, San Pedro de Atacama enamora a todo viajero que llega hasta el.
A 1700 km De Santiago, capital de Chile, San Pedro de Atacama es la puerta de entrada a uno de los desiertos más grandes y áridos del planeta, el desierto de Atacama. Poco a poco se ha convertido en uno de los puntos principales del turismo chileno, siendo el punto de partida para los diversos recorridos por el altiplano atacameño. En sus alrededores se encuentran importantes atractivos como los Géiseres del Tatio, El Valle de la Luna y Marte, la Reserva Nacional Los Flamencos, las Lagunas Altiplanicas ...
Con una amplia oferta hotelera y gastronómica es el punto perfecto para conocer la zona de Atacama.
¿Por libre o por agencia?
La oferta turística en San Pedro de Atacama es tan grande que es posible llegar a cualquier lugar contratando una excursión en los cientos de establecimientos alojados en sus calles. Para llegar hasta San Pedro de Atacama desde el aeropuerto de Calama existen autobuses lanzadera perfectamente coordinados con los vuelos.
La opción de hacerlo por libre y con coche de alquiler es perfecta para quienes quieran conocer un poco más de Atacama, perderse por sus pistas y disfrutar al 100% de lo que ofrece este maravilloso rincón del planeta. Aunque en San Pedro de Atacama es posible alquilar coche, la opción más recomendable es hacerlo en el mismo aeropuerto, pues las coberturas incluidas en el seguro suelen ser mayores.
valle de marte
En medio de la Cordillera de la Sal y a escasos 2 kilómetros De San Pedro de Atacama se encuentra El Valle de Marte, con paisajes similares al famoso Valle de la Luna, pero mucho menos masificado.
Cordillera de la Sal: Se trata de una especie de precordillera que, interrumpida por algunas planicies, luego se convertirá siguiendo rumbo al Este, en la majestuosa Cordillera de Los Andes.
Conocido también como El Valle de la Muerte y debido a que antiguamente quien osaba cruzar este valle moría en el interior, se caracteriza por las extrañas formaciones geomorficas y topográficas donde abundan formaciones rocosas y dunas de arena. Un lugar que es un claro ejemplo de lo árido que puede llegar a ser el desierto de Atacama. Sin ninguna duda, un lugar inhóspito donde los haya.
Se trata de uno de los lugares más recomendables para practicar trekking y sandboard. Además, es posible recorrerlo en bici, siempre y cuando se tengan las precauciones adecuadas con respecto a las temperaturas y el sol.
Es posible acceder en coche hasta un pequeño “parking” donde dejar estacionado el vehículo y continuar caminando. Desde este punto es posible hacer una pequeña ruta ascendiendo por un camino hasta las formaciones rocosas que harán de mirador excepcional. Las vistas desde este punto son inigualables, desde donde se pueden observar perfectamente las formaciones geológicas Del Valle de Marte, con un increíble telón de fondo, el Volcán Licancabur.
Una vez en el mirador es posible bajar hasta el coche recorriendo el mismo camino o hacer una ruta más larga por el Oeste hasta llegar a la gran duna y bajar por la misma hasta el aparcamiento.
El precio de entrada es de 3000 pesos por persona, válidos para todo el día. Se puede salir y volver a entrar, por ejemplo para ver la puesta de sol. Importante conservar el ticket porque se vuelve a pedir.
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Un museo que exhibe “la memoria del sistema solar” narrada por quien lo formaron, los meteoritos. Un lugar en donde se puede conocer, tocar y sentir el magnetismo de rocas siderales, desde los “embriones planetarios”, primeros cuerpos solidificados en la nube de polvo y gas que originó nuestro Sistema Solar, hasta evolucionados fragmentos planetoides. Los visitantes nos podemos remontar a los inicios de la vida través de un grupo de meteoritos con complejos componentes orgánicos, tales como bases nitrogenadas del ADN, postulándose así como semillas de la vida dispersas por el cosmos.